El primer avión comercial ruso de la era post-soviética surca los cielos

El Sukhoi Superjet-100, que sustituirá a los míticos Tupolev 134 y 154, competirá en el mercado mundial de vuelos regionales con el A318 y el B737
El nuevo avión Sukhoi Superjet-100 (SSJ-100), el primer avión comercial ruso de la era post-soviética y con el que el consorcio Sukhoi pretende competir por el mercado mundial de vuelos regionales -el de mayor demanda en la actualidad-, ha efectuado hoy su primer vuelo de prueba.
"El vuelo tuvo lugar en un aeródromo del consorcio en Komsomolsk del Amur (extremo oriente de Rusia). El avión permaneció en el aire durante 40 minutos, con una altura máxima de vuelo de 1.200 metros", ha confirmado la portavoz de la compañía, Olga Kayukova.
Para obtener el certificado de vuelos, la casa Sukhoi -que es uno de los más importantes fabricantes de aviones de combate del mundo- deberá realizar 600 pruebas del SSJ-100, y hasta finales del año se propone ensamblar los primeros cuatro aparatos.
El proyecto SSJ-100, que contempla inversiones por hasta 1.400 millones de dólares, incluye el diseño, fabricación, ventas y mantenimiento de esos aviones, con una capacidad para entre 75 y 95 pasajeros y una autonomía de vuelo de hasta 4.800 kilómetros, lo que le equipara con el Airbus A318 y los hermanos pequeños del Boeing B737.
El SSJ-100 es el primer avión ruso de pasajeros de nueva generación desde la caída de la URSS, y la casa Sukhoi para 2010 planea fabricar entre 50 y 60 aparatos al año, con un precio de cerca de 28 millones de dólares por unidad. La compañía afirma que ya tiene pedidos de un centenar de esos aparatos para rutas regionales, inclusive de la compañía aérea rusa Aeroflot, para sustituir los obsoletos Túpolev 134 y 154, según la agencia Interfax.
Una de las características más particulares del SSJ-100, que en el mercado competirá con el modelo de la corporación brasileña Embraer, es que tiene una vida útil en vuelo de 70.000 horas, cuando la media habitual de los aparatos en servicio es de 30.000 horas. En el proyecto del superjet ruso también participan compañías francesas: Snecma en la fabricación de los motores y Thales en la aviónica.
En enero pasado, el Gobierno ruso autorizó la venta a la italiana Alenia Aeronáutica del 25% más una acción de la compañía estatal Aviones Civiles Sukhoi (ACS), filial del grupo estatal Sukhoi, fabricante de cazas y cazabombarderos. Además, Sukhoi coopera estrechamente con la corporación estadounidense Boeing, que ejerce de consultora en la capacitación de personal y la creación de un centro de mantenimiento de los SSJ-100