El Ayuntamiento de Madrid cierra más discotecas expedientadas

El Ayuntamiento de Madrid confirmó el pasado 21 de noviembre el cierre de tres salas de fiestas de la capital, La Riviera, But y MOMA, por diversos problemas con sus licencias. Esta decisión del alcalde, Alberto Ruiz Gallardón se produce en plena polémica por la situación de este tipo de locales de ocio tras la muerte de Álvaro Ussía en El Balcón de Rosales; por ello IU acusa al Gallardón de no haber hecho nada hasta ahora a pesar de las advertencias. Según el portavoz de Seguridad de esta formación, Ángel Lara, esta urgencia de cerrar locales en Madrid delata de manera nítida toda la desidia que hubo antes.A las 11.00 horas del día siguiente, el Consistorio procedió al cierre de La Riviera sobre la que, parece,  pesaba una orden de cierre y precinto desde enero de 2007. La razón oficial alegada por el área de Gobierno de Urbanismo, responsable de la decisión, es que "la actual licencia de funcionamiento no se ajusta a las modificaciones que se han hecho en el local y que requieren, por tanto, de una nueva licencia de funcionamiento que se está tramitando en la actualidad".

Esta acción responde a la solicitud realizada el pasado mes de febrero por el Grupo Socialista, quien solicitó información sobre la sala al Gobierno municipal, debido a las continuas quejas por los problemas de ruidos y tráfico que ocasionaban a los vecinos del paseo Virgen del Puerto, en la que se encuentra La Riviera, que habían presentado incluso 285 firmas solicitando el cierre este establecimiento madrileño. A esta petición le llegó una respuesta del Ejecutivo local a los pocos días informando de que los datos del coordinador general de Seguridad arrojaban un total de 138 llamadas recibidas por la Central de Comunicaciones de Policía Municipal entre 2005 y 2007, periodo en el que además se realizaron catorce inspecciones y se presentaron 35 denuncias.

Ante esta contestación, el edil socialista Óscar Iglesias llevó este asunto a la Junta del Distrito de Arganzuela, donde los votos del PP y de IU impidieron que saliera adelante su propuesta de instar al Ayuntamiento a "actuar contra esta situación de ilegalidad" y a "cumplir la clausura y el precinto establecidos por ellos mismos". En aquel Pleno de distrito, Iglesias alertó no sólo de las desigualdades que podrían crearse aplicando la ley a algunos empresarios y no a otros, sino también del "problema de seguridad física" que podría suponer para los propios ciudadanos que acudieran a la zona. Ahora, finalmente se ha procedido al cierre de la discoteca.

Por las mismas razones que La Riviera, es decir, que "la licencia de funcionamiento no corresponde con el estado actual de la sala" y deberá renovarla, el Ayuntamiento ordenó también el cierre de la discoteca Macumba, ubicada en la estación de Chamartín.

Además, el Ejecutivo local informó de que se notificó la suspensión de la actividad al centro de baile But S.L., situado en la plaza de Barceló, junto a la discoteca Pachá. La decisión parte de la Junta de Distrito de Centro y está motivada por "dos procedimientos judiciales que ratifican que este local no contaba con la preceptiva licencia de funcionamiento". Se trata de la misma razón, que ha llevado a la Junta de Distrito de Chamberí a cerrar la sala MOMA, en la calle José Abascal, que tenía un expediente abierto por carecer de licencia de funcionamiento.

Sobre estas acciones Iglesia señaló: "¿Por qué tampoco hizo caso el Ayuntamiento a las denuncias y ahora cierra la sala deprisa y corriendo? Existe una absoluta dejadez municipal en cuanto al cumplimiento de la legalidad por parte de establecimientos de ocio nocturno, a pesar de que la Policía hace su trabajo".

Ante estas acusaciones, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señaló que si se están cerrando locales en Madrid es porque se está siendo "riguroso" con todo el que incumple con la ley.

Por su parte, la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno (ECO) y la de Empresarios de Salas de Fiesta y Discotecas de la Comunidad de Madrid (ASFYDIS) mostraron hoy su "consternación" y "asombro" por la decisión del alcalde madrileño al que acusaron de organizar una "auténtica caza de brujas" contra los propietarios de este tipo de establecimiento. El portavoz de ECO, Vicente Pizcueta, llamó al Consistorio a la "sensatez" y al "rigor" y destacó el "trabajo constante y reiterado" que, a su juicio, está desarrollando la asociación de forma "proactiva" durante los últimos siete años.