Díez Romeo. Las Telecomunicaciones se reinventan

Díez Romeo Telecomunicaciones

Díez Romeo Telecomunicaciones.
Las operadoras españolas de 'telecos' afrontan un escenario exigente en 2018, en el que harán frente a la subasta de los derechos del fútbol y de las frecuencias del 5G, mientras se generalizan las ofertas de bajo coste que recortarán los márgenes.
El mercado español de telecomunicaciones afronta en 2018 nuevos e importantes retos en busca de la estabilidad. La evolución tecnológica, la disponibilidad de fondos, las fuerzas del mercado y la regulación, conformarán el nuevo sector que afronte la llegada a medio plazo de la revolución del 5G, una tecnología que, esta vez sí, promete revolucionar a fondo la estructura del sector cambiando para siempre el nivel de impacto de las telecomunicaciones en la sociedad. Entre los principales retos que el sector debe afrontar este año figuran los siguientes:

1 Licitación de frecuencias.
En el primer trimestre del año se producirá la primera de las subastas de frecuencias con destino al despliegue del 5G, las de las bandas de 3,6 a 3,8 GHz, y las de la banda de 1,5 GHz. Son las primeras pero no las más importantes, porque en 2019, se subastará la banda de 700 MHz, que tendrá un importe económico mucho mayor. Según los observadores, estas primeras frecuencias les costarán a los operadores en el entorno del millón de euros por megahercio, es decir, alrededor de los 200 millones de euros para las bandas de 3,6 a 3,8 GHz. Estas primeras frecuencias son las que van a dar capacidad a la red en las grandes ciudades, mientras que las de la banda de 700 MHz, que se licitarán en 2019 o principios de 2020, serán las encargadas de ofrecer cobertura rural y mejor penetración en el interior de los edificios.

2 La subasta del fútbol.
En la primera mitad de 2018 se producirá, previsiblemente, la asignación de las nuevas temporadas de LaLiga. El contrato actual dura hasta la temporada 2018-2019, pero LaLiga quiere tener tiempo de sobra antes del inicio de la competición por si tiene algún problema en la comercialización. Por el momento, el fútbol, cuyo coste se ha disparado por encima de los 1.200 millones anuales, ha demostrado ser un mal negocio para los operadores de telecomunicaciones, que saben que es imposible de rentabilizar. Pero para las nuevas temporadas, LaLiga quiere seguir elevando la recaudación, temerosa del megacontrato que se prevé para la Premier británica, que dará a los clubs ingleses una capacidad financiera incontestable frente a los rivales continentales. Los tres grandes operadores, Movistar, Vodafone y Orange, han dicho en público y privado que a estos precios -y mucho menos si además quieren subirlos adicionalmente- no van a acudir a la subasta. Llevan varios años subvencionando la competición con el dinero de las telecos y parece que no están dispuestas a seguir haciéndolo. Eso, que sería una bendición para las operadoras -pero que está por ver, porque es difícil que las tres se mantengan firmes hasta 2019- sería una catástrofe económica para los clubes, con un impacto social evidente. Además, en la ecuación también pueden figurar nuevos actores, como Facebook, Amazon e incluso Netflix, que parecen dispuestos a competir por los futuros derechos de la Premier.

3 Tarifas planas de datos.
Las tarifas planas para datos se han convertido en una tendencia mundial. En EEUU, Europa y Asia hay ya muchos casos de operadoras que se han lanzado a esta vorágine. El problema para las operadoras es que una vez que se lanzan a esta piscina es imposible dar marcha atrás y provocan muchas dificultades entre los operadores por diferenciarse por algo más que no sea una guerra de precios.

4 Auge del low cost.
La llegada del grupo MásMóvil al mercado español -que ha logrado 417.000 clientes de banda ancha fija hasta octubre- ha sacudido al sector y obligado a los tres grandes, Movistar, Orange y Vodafone, a desembarcar también en el sector del low cost con sus propias ofertas convergentes, combinando fijo y móvil. La llegada de los tres grandes todavía no ha tenido gran efecto, en parte porque no quieren echar mucha leña al fuego en las ofensivas de márketing para no canibalizar sus propias bases de clientes premium.
Pero si el crecimiento de MásMóvil se mantiene a este ritmo, no les quedará más remedio que ser más agresivos, lo que provocará, por un lado, una adopción aún más rápida de la fibra sobre el ADSL, potenciando una rápida sustitución de una tecnología por otra, pero también llevará a un deterioro de los márgenes de la industria en su conjunto, lo que puede afectar a la capacidad de invertir.

5.-Consolidación.
Aunque parecería que todas las fusiones ya se han producido, la existencia de un cuarto operador con grupos de capital riesgo como accionistas de control, como ocurre con MásMóvil, introduce un elemento desestabilizador a medio plazo. Los socios de MásMóvil querrán salir y para eso hay varios caminos.
Engordar, mediante una fusión con Euskaltel -cuya mala evolución bursátil y flojas perspectivas en Bolsa lo convierten en un objetivo posible- para resultar suficientemente atractivos para un actor extranjero, o caer en las manos de Orange o Vodafone.
Fuente: Expansión